¿Qué podría pensar una indefensa persona que busca justicia y se topa con un Poder Judicial cuyos juzgados tienen anexos que no funcionan, o lo que es peor: están en modo no molestar? Al menos eso es lo que se puede probar, vamos a usar esa palabra sacaronchera, con esta llamada que grabé. Ahí pueden ver estimados amigos cómo es que el anexo del 27° Juzgado Penal de Lima no responde.
Uds. saben amigos lectores que no nos vamos a cerrar en el problema, sino que vamos a contraatacar estas desgracias con propuestas. ¿Qué le costaba al presidente de la Corte Superior de Justicia de Lima, Miguel Ángel RIVERA GAMBOA, preparar una resolución administrativa para que los secretarios y las secretarias y demás personal administrativo de cada juzgado utilice su whatsapp personal o uno nuevo sino para que atienda al público en general? Y no me vengan con la pavada esa de la privacidad y demás yerbas, si alguien emplea mal el número que brindaría cada juzgado se le debe sancionar y denunciar, punto. Debemos entender que ahora la balanza se inclina por esa medida frente a la privacidad que puedan alegar los funcionarios que tendrían que brindar sus números de teléfono móvil para atender al público. O en todo caso, si no coincide con esta medida, que brinde números particulares para específicamente cumplir con la atención al ciudadano.
¿Atención al público? Manan
A lo largo de este humilde y apasionante oficio de investigador he conocido a personal de seguridad o popularmente llamados guachimanes que han brindado una atención muy buena y hasta han fungido de guías ad hoc para que el público pueda entender las formalidades de un trámite o cómo llegar a la oficina de una autoridad administrativa. Pero lamentablemente estos buenos elementos terminan siendo una excepción en este país. Y el público, que en realidad debe ser tratado como un cliente, es maltratado y simplemente ninguneado por las autoridades administrativas que deben ser las primeras en estar presentes cuando la ciudadanía busca que se cumpla con la ley o hacer trámites sin mayores problemas. Pero parece que este tipo de autoridades, como el presidente del Poder Judicial, más están avocados a la firma feroz de actos administrativos y conversas entre los funcionarios que ven que el problema pica pero no hay donde rascar.
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